En junio, mes de la literatura producida en América Latina, compartimos el top 10 de los escritores latinoamericanos con más lectores en nuestra comunidad. Descubre quiénes son y lee un fragmento de sus obras con el que podrás constatar porqué aparecen en esta lista.
Con más de mil lectores en nuestra comunidad, es, sin duda, el autor colombiano y latinoamericano más leído y traducido en el mundo. Narrador, guionista y periodista, recibió el recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982.
Ordenó que metieran a los niños en una barcaza cargada de cemento, los llevaron cantando hasta los límites de las aguas territoriales, los hicieron volar con una carga de dinamita sin darles tiempo de sufrir mientras seguían cantando, y cuando los tres oficiales que ejecutaron el crimen se cuadraron frente a él con la novedad mi general de que su orden había sido cumplida, los ascendió dos grados y les impuso la medalla de la lealtad, pero luego los hizo fusilar sin honor como a delincuentes comunes porque hay órdenes que se pueden dar pero no se pueden cumplir, carajo, pobres criaturas.
Fragmento de El otoño del patriarca, publicada en 1975. Novela que recrea la soledad del poder de un dictador que bien podría ser el de cualquier país latinoamericano.
El poeta chileno forma parte de esta selección, con más de ochocientos lectores en nuestra comunidad. Además de la poesía se dedicó a la política llegando a ser precandidato a la presidencia de Chile por el partido comunista y embajador de su país en Francia. También recibió el Premio Nobel de Literatura en 1975.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.
Sucede que me canso de mis pies
y mis uñas y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Fragmento de «Walking Arround», poema que aparece en su obra Residencia en la tierra, publicada en 1935, año en el que se hacía cargo, en Madrid, de la revistaCaballo verde para la poesía, donde fue compañero de los poetas de la Generación del 27.
Ocupa el tercer lugar de los escritores latinoamericanos más leídos en nuestra comunidad, Sabato fue narrador, ensayista, físico y pintor. Su larga existencia (murió a los 99 años) lo llevó a ser un autor muy presente durante el siglo pasado y también durante la primera década del presente.
En esta tarea lo primordial es negarse a asfixiar cuanto de vida podamos alumbrar. Defender, como lo han hecho heroicamente los pueblos ocupados, la tradición que nos dice cuánto de sagrado tiene el hombre. No permitir que se nos desperdicie la gracia de los pequeños momentos de libertad que podemos gozar: una mesa compartida con gente que queremos, unas criaturas a las que demos amparo, una caminata entre los árboles, la gratitud de un abrazo. Un acto de arrojo como saltar de una casa en llamas. Estos no son hechos racionales, pero no es importante que lo sean, nos salvaremos por los afectos.
Fragmento de La resistencia, libro publicado en el año 2000, que recoge cinco cartas y un epílogo, en los que Sabato analiza nuestra realidad y aboga por un nuevo humanismo y la necesidad de comunicarse con el otro.
Escritor mexicano cuya obra consta tan solo de dos novelas cortas, Pedro Páramo y El gallo de oro y de un libro de cuentos, a pesar de esto y por la calidad de su pluma, es uno de los autores latinoamericanos más valorados en la comunidad de Babelio. También fue guionista y fotógrafo.
Daba gusto mirar aquella larga fila de hombres cruzando el Llano Grande otra vez, como en los tiempos buenos. Como al principio, cuando nos habíamos levantado de la tierra como huizapoles maduros aventados por el viento, para llenar de terror todos los alrededores del Llano. Hubo un tiempo que así fue. Y ahora parecía volver. De allí nos encaminamos hacia San Pedro. Le prendimos fuego y luego la emprendimos rumbo al Petacal. Era la época en que el maíz ya estaba por pizcarse y las milpas se veían secas y dobladas por los ventarrones que soplan por este tiempo sobre el Llano. Así que se veía muy bonito ver caminar el fuego en los potreros; ver hecho una pura brasa casi todo el Llano en la quemazón aquella, con el humo ondulado por arriba; aquel humo oloroso a carrizo y a miel, porque la lumbre había llegado también a los cañaverales.
Fragmento de «El llano en llamas», cuento que aparece en el libro homónimo, publicado en 1953, que reúne los relatos del autor. Fue su primera publicación, aunque algunos de los textos ya habían sido publicados en revistas.
Escritor que cultivó casi todos los géneros y también la traducción de autores que admiró mucho como Daniel Defoe, Edgar Allan Poe y Marguerite Yourcenar. Es considerado uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, sobre todo por Rayuela, novela que ha sido traducida a más de 40 idiomas.
Un señor toma un tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de la plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee, y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis.
Cuento «El diario a diario», que forma parte de Deshoras, libro que reúne los últimos cuentos publicados por Cortázar en 1982, dos años antes de su muerte, en los que se evidencia el juego constante entre realidad y ficción, característico en toda su obra.
Escritora chilena, nacida en Perú y nacionalizada estadounidense, es una de las autoras latinoamericanas más leídas en todo el mundo. Ha publicado más de veinte novelas y es considerada como una escritora superventas, ha vendido más de setenta millones de ejemplares y ha sido traducida a 42 idiomas.
Tú piensas en palabras, para ti el lenguaje es un hilo inagotable que tejes como si la vida se hiciera al contarla. Yo pienso en imágenes congeladas en una fotografía. Sin embargo, ésta no está impresa en una placa, parece dibujada a plumilla, es un recuerdo minucioso y perfecto, de volúmenes suaves y colores cálidos, renacentista, como una intención captada sobre un papel granulado o una tela. Es un momento profético, es toda nuestra existencia, todo lo vivido y lo por vivir, todas las épocas simultáneas, sin principio ni fin. Desde cierta distancia yo miro ese dibujo, donde también estoy yo. Soy espectador y protagonista. Estoy en la penumbra, velado por la bruma de un cortinaje traslúcido. Sé que soy yo, pero yo soy también este que observa desde afuera. Conozco lo que siente el hombre pintado sobre esa cama revuelta, en una habitación de vigas oscuras y techos de catedral, donde la escena aparece como el fragmento de una ceremonia antigua. Estoy allí contigo y también aquí, solo, en otro tiempo de la conciencia.
Fragmento de Cuentos de Eva Luna, publicado en 1989, libro que consta de 23 relatos contador por Eva, la protagonista, que hablan principalmente sobre el amor.
Considerado uno de los más importantes novelistas latinoamericanos, su obra ha cosechado numerosos premios, entre los que destacan el Rómulo Gallegos, en 1967, el Príncipe de Asturias de las Letras, en 1986, el Premio Planeta en 1993, el Miguel de Cervantes en 1994 y el Nobel de Literatura en el 2010.
Urania. No le habían hecho un favor sus padres; su nombre daba la idea de un planeta, de un mineral, de todo, salvo de la mujer espigada y de rasgos finos, tez bruñida y grandes ojos oscuros, algo tristes, que le devolvía el espejo. ¡Urania! Vaya ocurrencia. Felizmente ya nadie la llamaba así, sino Uri, Miss Cabral, Mrs. Cabral o Doctor Cabral. Que ella recordara, desde que salió de Santo Domingo («Mejor dicho, de Ciudad Trujillo», cuando partió aún no habían devuelto su nombre a la ciudad capital), ni en Adrian, ni en Boston, ni en Washington D.C., ni en New York, nadie había vuelto a llamarla Urania, como antes en su casa y en el Colegio Santo Domingo, donde las sisters y sus compañeras pronunciaban correctísimamente el disparatado nombre que le infligieron al nacer. ¿Se le ocurriría a él, a ella? Tarde para averiguarlo, muchacha; tu madre estaba en el cielo y tu padre muerto en vida. Nunca lo sabrás. ¡Urania! Tan absurdo como afrentar a la antigua Santo Domingo de Guzmán llamándola Ciudad Trujillo. ¿Sería también su padre el de la idea?
Fragmento tomado de La fiesta del chivo, novela publicada en el 2000, que se centra en el asesinato del dictador Rafael Trujillo y los hechos posteriores a este, una novela sobre la dictadura.
La influencia de la obra de Borges en los escritores, no solo latinoamericanos, posteriores a él y contemporáneos es innegable. Borges pertenece a ese grupo de escritores que siempre serán universales. Autor de cuentos, poemas, ensayos y otros textos en los que se funden los géneros, así como la realidad con la ficción y la filosofía.
A Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y solo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro.
Fragmento de «Al otro» en El hacedor, publicado en 1960. Se trata de un conjunto de 55 textos entre poemas, relatos y ensayos.
El único autor que no pertenece a misma generación ni es cercano al Boom latinoamericano como los otros escritores presentes en esta lista. autor de más de dos decenas de libros, entre los cuales destacan sus novelas Los detectives salvajes, ganadora del Premio Herralde en 1998 y el Premio Rómulo Gallegos en 1999, y la póstuma 2666.
Hay una literatura para cuando estás aburrido. Abunda. Hay una literatura para cuando estás calmado. Ésta es la mejor literatura, creo yo. También hay una literatura para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando estás alegre. Hay una literatura para cuando estás ávido de conocimiento. Y hay una literatura para cuando estás desesperado. Esta última es la que quisieron hacer Ulises Lima y Arturo Belano. Grave error, como se verá a continuación (…) les dije, les advertí, los puse en guardia contra los peligros a que se enfrentaban Igual que hablarle a una piedra. Otrosí: los lectores desesperados son como las minas de oro de California. ¡Más temprano que tarde se acaban! ¿Por qué? ¡Resulta Evidente! No se puede vivir desesperado toda una vida, el cuerpo termina doblegándose, el dolor termina haciéndose insoportable, la lucidez se escapa en grandes chorros fríos.
Fragmento de Los detectives salvajes, publicada en 1998, entre la narrativa detectivesca, la novela «de carretera», el relato biográfico y la crónica, esta novela es considerada por la crítica y el público de todo el mundo como una de las mejores y más originales ficciones escritas en las últimas décadas.
Finaliza la lista este autor uruguayo, poeta, dramaturgo y periodista, integrante de la generación del 45, a la que pertenecieron, entre otros, Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti. Su producción literaria incluyó más de ochenta libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de veinte idiomas.
Era la última hormiga de la caravana, y no pudo seguir la ruta de sus compañeras. Un terrón de azúcar había resbalado desde lo alto, quebrándose en varios terroncitos. Uno de éstos le interceptaba el paso. Por un instante la hormiga quedó inmóvil sobre el papel color crema. Luego, sus patitas delanteras tantearon el terrón. Retrocedió, después se detuvo. Tomando sus patas traseras como casi punto fijo de apoyo, dio una vuelta alrededor de sí misma en el sentido de las agujas de un reloj. Sólo entonces se acercó de nuevo. Las patas delanteras se estiraron, en un primer intento de alzar el azúcar, pero fracasaron. Sin embargo, el rápido movimiento hizo que el terrón quedara mejor situado para la operación de carga. Esta vez la hormiga acometió lateralmente su objetivo, alzó el terrón y lo sostuvo sobre su cabeza. Por un instante pareció vacilar, luego reinició el viaje, con un andar bastante más lento que el que traía. Sus compañeras ya estaban lejos, fuera del papel, cerca del zócalo….
Fragmento de «A imagen y semejanza», del libro La muerte y otras sorpresas, publicado en 1968. La soledad, las dificultades de comunicación, la conciencia de la muerte, la alegría de la vida o el paso del tiempo son algunos de los temas incluidos en los relatos que conforman esta obra.
Sí, la mayoría de estos autores pertenecen a la misma época y representan al Boom latinoamericano, fenómeno literario que surgió entre los años sesenta y setenta y que lanzó al resto del mundo la literatura producida en América Latina.
Por eso te invitamos a conocer otros autores y más de 400 títulos en nuestra biblioteca, así como varias listas que recopilan Escritoras latinoamericanas contemporáneas, Novela Negra Latinoamericana y no solo novela, también Lo mejor del cómic latinoamericano, o la lista colectiva en la que participan varios miembros de Babelio y recomiendan Lo mejor de la novela latinoamericana.
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